"No necesito hablar
ni mentir privilegios;
bien me conocen quienes
aquí me rodean,
bien saben mis congojas y mis flaquezas.
Eso es alcanzar
lo más alto,
lo que tal vez nos dará el cielo:
No admiraciones ni
victorias
sino sencillamente ser admitidos
como parte de una realidad
innegable,
como las piedras y los árboles.
(De "Llaneza", Jorge luis Borges)

sábado, 17 de abril de 2010

Martín Pescador

Notorios gnósticos arrebataron
a sus padres maniqueos aquel juego
(los niños lo practican desde luego)
Martín Pescador, creo, lo llamaron

Martín Pescador, millones ya pasaron
muriendo por demiurgos de agua o fuego.
Millones ya pasaron, siempre ciego,
el mundo avanza por los que callaron.

Dialéctica falaz, juego terrible;
farsa sicaria de las libertades,
cesárea vocación por lo infalible.

Parece péndulo pero es espada,
es argumento más no son verdades,
lo llaman fe siendo alma envenenada.-

martes, 13 de abril de 2010

Hablemos de inflación

"Nosotros queremos ahorrar todos los días,
y todos los días necesitamos más"
"Aquel papel en vez de oro y perlas,
es tan cómodo, uno sabe lo que tiene".
"Imprimamos entonces toda la noche
diez, treinta, cincuenta, cien, están listos.
No se imaginan qué bien le hizo al pueblo".
Wolfgang Goethe, Fausto II


Me gusta jugarla de ortodoxo, entre otras cosas, porque la vida me ha demostrado que -la mayoría de la veces- los ortodoxos tienen razón.

La ortodoxia puede no ser siempre la verdad, pero siempre es la que tiene los mejores argumentos. Y esto es así, porque es la posición que ha tendido más tiempo para construir su estrategia de defensa.

En cuanto a la inflación, la ortodoxia es muy clara; siempre y en todo lugar que exista un fenómeno inflacionario, se verifica un proceso de expansión monetaria, se emite dinero de más.

Es interesante notar que no existe doble implicancia, esto es, puede darse la emisión monetaria sin la presencia de inflación.

Este hecho hace que mucha gente se niegue a aceptar la primera premisa, asignándole la causa de la inflación a la especulación de comerciantes voraces en su afán de lucro.

Mirar las consecuencias como causas de inflación y ha tenido gran aceptación como argumento en casi todos los gobiernos de la historia desde los romanos hasta Chavez, pasando por Napoleón, Luis XIV, Mussolini y Carter.

Este argumento tiene un grano de verdad que debe ser tenido en cuenta a la hora de analizar la inflación como fenómeno financiero sobre el cual tomaremos decisiones que van a afectar nuestra riqueza.

Los empresarios y comerciantes fijan el precio más alto que puedan, esto es el que les permite obtener el mayor ingreso. Si aumentan su precio por encima de este valor, su ingreso se va a ver afectado porque van a facturar menos.

Entendiendo este comportamiento (muy humano por cierto), ahora podemos investigar que pasa por el cerebro de quien debe fijar un precio cuando por algún motivo su demanda aumenta.

El panadero ve que vende más pan y no sabe, porque no tiene todos los datos de la economía si esto se debe a que hay un aumento genuino de riqueza producido por un mayor crecimiento económico o si este incremento se debe que el gobierno está emitiendo dinero para pagar sus cuentas.

Si fuera lo primero, la mejor estrategia sería agrandar la panaderia para producir más pan; si se trata de lo segundo, lo conveniente es aumentar los precios.

Es una desición difícil porque si invierte; y la causa es la emisión, la mayor producción no será colocada en el mercado y su inversión no será rentable. Y si aumentara los precios; y lo correcto era invertir, perderá mercado frente a la competencia y su facturación se verá resentida.

En países con poca experiencia inflacionaria los agentes tienden a creer que los aumentos de demanda son genuinos y a expandirse cuando verifican un aumento en sus ventas. En países con una larga historia inflacionaria los operadores tienden a aumentar sus precios.

El problema es que Argentina tiene varios records mundiales en materia de inflación y en gobiernos poco creíbles y puestos a elegir, los comerciantes no dudan. Y, claro, rara vez se equivocan.

Además una vez que se encuentran avalados por la experiencia incorporan la práctica a su operación normal: la inflación se hace inercial.

Mi diagnóstico es que la inflación en la Argentina vino para quedarse y que va a ser mayor más que menor.

El consejo que puedo darles es que incorporen está realidad y se adapten a ella. Los que hemos vivido como asalariados la década del ochenta sabemos que debemos hacer en estos casos; pelear un ajuste de sueldo sistemático, prestarle mucha atención al movimiento de los precios y tratar de tener la menor cantidad de pesos posible.

Atesorar en monedas "de verdad" es un mecanismos aconsejable; un poco en dólares, un poco en euros.

Si usted cree que el gobierno está haciendo las cosas bien, mi consejo es el inverso; ahorre en pesos todo lo que pueda y relájese que Moreno y Moyano cuidan de su bienestar...


domingo, 4 de abril de 2010

TANGO


Tauras, paicas, percantas y gaviones
café, amigos, duelos y entreveros
farra, venganzas, llanto de varones
pebetas y malevos pendencieros.

Bulines, conventillos y pensiones
mistongos sueños, patios con aleroy
en calles empedradas de intensiones
esquinas, barras, fútbol y burreros.-

Cínico misticismo resentido
de un engañado engañador creído
creador con su torpeza de desaires.

Dioses ciegos que miran de reojo
con su justicia de amistad y enojo:
eso es el tango. También Buenos Aires.-


sábado, 3 de abril de 2010

El tiempo, Wimpi



Sacarle la punta al lápiz con una tijera y lustrarse los zapatos con la colcha, son cosas que el tipo hace a cada rato. Sacar tornillos con una uña y rascarse la oreja con un fósforo, también.

El tipo tiene una práctica de la vida, que es lo que le da la llamada experiencia. Pero carece de una teoría de la vida, que es lo que le permitiría reunir en cualquier momento todos los recursos para afrontar con éxito a cualquiera que fuesen el enojo, la pena o el miedo.

El teórico es el tipo que desde que el perro era niño lo acostumbró a no acucharse en las sillas del comedor. El práctico es el tipo que, habiendo descuidado (para no perder el tiempo) la educación del perro, cuando lo ve en la silla le tira con algo y rompe el florero.

El teórico es el que elige la ballenita del tamaño del cuello, y el práctico es el que rompe la larga, sin tener en cuenta que después resultará corta para otro cuello más alto, dando motivo a la frustración del intento de erguirlo con la ballenita mutilada,o un inútil y antiestético pataleo.

El tipo no ha logrado aún la baquía que le facilite el manejo de las cosas, ni su propio manejo. Estruja el tubo de la pasta de dientes creyendo que así "hace más rápido", sin recordar que la próxima vez tendrá que extraer la pasta con una horquilla.

Se saca los zapatos sin desatar ("para hacer más pronto", y a la mañana siguiente, para desatarlos en el aire emplea un tiempo cuatro veces mayor del que hubiese empleado dasatándoselo puestos.

Siempre ha sido más fácil manipular un zapato relleno que uno hueco.
El tipo vive en borrador, dispusto a pasarse en limpio al día siguiente. Pero, como al día siguiente no tiene tiempo, en vez de ir puliendo horas que agracien, luego, al agazapado recuerdo, va amontonando escombros, que ha de dificultar a la siguiente tentativa.

No tiene noción del tiempo.

Cuando el tipo es lerdo dice: "hay que darle tiempo al tiempo"; y el tiempo pasa, entonces, inútilmente por el tipo. Cuando el tipo es nervioso dice: "hay que aprovechar el tiempo"; pero como lo llena de empujones, de surmenages, es él, de esta manera, quién pasa inútilmente por el tiempo.

Cuando el tipo no hace nada dice que está "haciendo tiempo". Pero si cuando no hace nada, "hace tiempo", ¿cómo es que le falta tiempo cada vez que lo necesita?

El tiempo es la dimensión fundamental del tipo. Es el medio maravilloso a través del cual el tipo dura. No es el cambio el que es producido por el tiempo, sino que es el tiempo el que es producido por el cambio. El tiempo existe, en tanto que existe la actividad creadora, el tránsito de lo que no es a lo que es.

Cada hora del tiempo ("quanta" en el fluir incesante) es como un castillo encantado. Sin embargo, el tipo no llega a prender nunca la palabra mágica que hace dormir a los dragones que cuidan el castillo. Ni consigue la llave para entrar por la puerta de los escuderos.

El tipo no advierte que el tiempo que se amontona en el recuerdo no compensa nunca del que se achica para la esperanza.

Mientras le pone tiza al taco de billar, dice el tipo: "voy a matar el tiempo". Y es el tiempo quien mata.

Mata por su falta, que no es por su presencia: como el aire...

Mata totalmente cuando se le confunde, cuando se le revuelve, cuando se le mutila. Si se sabe dignificarle la marcha, en cambio, sólo la vida es lo que muere... El tiempo fluye generoso, marcando en la memoria la lección de su ayer, poniendo frente al paso la cancha de su hoy y agraciando con un gesto de convite a su mañana.

Y el tipo o desatiende lo vivido y cae del pasado al presente como cae una culebra del techo, para luego tener que pasar el porvenir curándose del golpe, o emplea el presente en hablar, aprensivo, de la marca que le dejó el pasado, y entonces, entra al porvenir descalzo, hablando sólo, mirando si lo siguen...

Todo, empero, es presente. Hay un presente del pasado, un presente del presente y un presente del futuro.


Y al tipo le caben, dentro de eso, tres dimensiones milagrosas: la del paso hacia adelante, la del pensamiento hacia adentro, la del sueño hacia arriba.
Cuando se anden, a través de los caminos todavía intransitados de esta alma arrecida de secretos y de encantos, obtendrá el tipo en cada minuto la revelación de su eternidad.



Wimpi: El Gusano Loco: Link PDF para descargar

jueves, 1 de abril de 2010

El universo piensa

"El primer "muchachos qué tallarines les serviría!", un verdadero impulso de amor general, dando comienzo a la vez al concepto de espacio y al espacio propiamente dicho, y al tiempo, y a la gravitación universal, y al universo gravitante, haciendo posibles millones de soles, y de planetas, y de campos de trigo, y de señoras Ph(i)Nk dispersas por los continentes de los planetas que amasan con los brazos untados y generosos y enharinados y desde aquel día perdida y nosotros llorándola". Italo Calvino (Cosmicómicas)



¿Qué es pensar? Pensar es realizar especulaciones sobre la realidad, es conjeturar, teorizar. Creemos que sólo piensa el ser humano y en virtud de ello nos sentimos diferentes al resto de la naturaleza.

Además pensamos para tomar decisiones. Pensamos para actuar.

Supongamos que nos damos cuenta que tenemos hambre y que sería una buena idea irnos hasta la panaderia de la otra cuadra a comprar unas facturas. He aquí un pensamiento simple y una solución directa. Tomamos la llave y cuando vamos a abrir la puerta suena el teléfono, atendemos y perdemos 5 minutos en una conversación trivial, cortamos. Vamos a tomar el ascensor y no funciona; debemos bajar por escalera... Y así, varias alternativas se cruzan por nuestro caminos demostrando que llevar el pensamiento a la acción requiere un ingrediente nada desdeñable, la voluntad.

Cada curso de acción que pensamos es influenciado, corregido, desviado y, a veces bloqueado por millones de otras decisiones tomadas por otros seres humanos y por millones de fenómenos no humanos que se atraviesan y lo afectan.

Aún cuando nuestro pensamiento tuviera la capacidad de anticipar mediante complejos modelos de decisión la mayoría de estos fenómenos; la anticipación misma influiría en muchos de ellos, modificándolos a su vez.

La trayectoria del pensamiento original "ir a la panadería" es modificado por la realidad al punto de enriquecerlo de manera aleatoria dándole a esa línea recta imaginaria, la forma de un "electrocardiograma".

Una trayectoria de ese tipo se comoce como "recorrido aleatorio" y es el camino (podríamos llamarla también la forma geométrica) más común en la naturaleza. De hecho el movimento natural por excelencia es ese y se encuentra tanto a nivel microscópico como a nivel macroscópico.

Ahora bien, nuestro pensamiento como especulación es muy simple. Podría decirse que forma parte del reino arquetipos de Platón. Pero en el momento en que lo llevamos a la acción ha tomado un recorrido muy parecido al que toman las cosas que "no piensan", las cosas de la naturaleza.

Si aceptamos que el fenómeno de la acción humana es la consecuencia del pensamiento humano, la acción no humana que describa una trayectoria análoga podría tener el mismo origen.

Podríamos decir que la acción del mar sobre la costa es el producto del pensamiento del mar y que la acción del planeta en su recorrido podría ser el resultado de su pensamiento.

Lo que quiero graficar es que si la humanidad describe el mismo tipo de trayectorias que la naturaleza es porque forma parte de la misma y no se encuentra divorciada de ésta como opinan algunos filósofos.

Los seres humanos dibujamos recorridos aleatorios donde quiera que actuamos. En la economía, en el desarrollo de ciudades, en nuestra predación diaria sobre el planeta.

Si asumimos que estos dibujos surgen de la interacción del pensamiento de la humanidad podemos inferir de manera plausible que el universo piensa, que tiene un plan.

Yo creo esto, y además creo que es lo que Darwin sintetizó en la palabra evolución y es lo Boltzman nos describió como entropía.

Uno de mis libros favoritos sin discución es "Cosmicómicas" de Italo Calvino. En este libro el narrador, Qfwfq, que tiene la misma edad que el universo, nos describe una zaga evolutiva hasta nuestros días.

Lo maravilloso de esta serie de historias es cómo Calvino no interpreta al universo y su devenir como algo separado de la humanidad. Universo, naturaleza, humanidad son todos la misma materia empujada por el mismo motor. En el caso de estas historias, el amor.

Amor, entropía, evolución. Hay algo que está empujando al universo hacia alguna parte. ¿No sería bueno tratar de averiguar de que se trata?

Ternura

Existe, estoy seguro,
un equilibrio que perdura.
El punto mágico y profundo
de la ternura.

El mundo va gastando viejos versos,
nos erosiona;
dejando rostros secos y grotescos
y una gran loma.

Allí depositamos frustraciones,
sueños ya muertos;

allí está el mundo que juramos
y el juramento.

Daríamos gustosos nuestras vidas,
lo que sabemos,
por volver a encontrar esa ternura
y ser sinceros.

Secos nuestro rostro y nuestra alma
el viento de los años no nos duele
pero daña.-