"No necesito hablar
ni mentir privilegios;
bien me conocen quienes
aquí me rodean,
bien saben mis congojas y mis flaquezas.
Eso es alcanzar
lo más alto,
lo que tal vez nos dará el cielo:
No admiraciones ni
victorias
sino sencillamente ser admitidos
como parte de una realidad
innegable,
como las piedras y los árboles.
(De "Llaneza", Jorge luis Borges)

domingo, 20 de junio de 2010

LO QUE YA NO EXISTE

Yo no se que me ha dado por dolerme la historia
al ver como en los libros reluce la pureza,
como ocupan Lucrecia, Penélope y Tecmesa
su lugar de arquetipos y su nimbo de gloria.

La impotencia me pide que calle a la memoria,
que oculte frías ausencias por delicadeza;
la virtud ya no existe, ha muerto la nobleza,
los hombres discutimos el valor de la escoria.

No hallarán a un tiempo inmortalidad y muerte
Leónidas en Termópilas, en Filipos Bruto;
el pasado callado en mi cuerpo se vierte
y me viste de sombras, de vacío, de luto.

Nuestro tiempo ha jugado su destino y la suerte
nos manda que sirvamos como esclavos a Pluto.-

viernes, 18 de junio de 2010

SONETO MODERNISTA ESCRITO EN TIEMPO POST SUPERREALISTA

Imagino mejores perspectivas
para versos, valores y verbenas
que vestir de María Magdalena
que porfiar con ajenas inventivas.

Difunto de sufrir a tantas divas
que me secan el alma por mis venas
me entrego seducido a mis sirenas
serenos sueños de sonrisas vivas.

He optado por abrir las soledades
salvarme de traiciones, titubeos
del insomnio de ver, de las verdades
del dolor de un millón de prometeos.

Y es que al fin comprendí que en este Hades,
el llanto es afluente del Leteo.-

domingo, 13 de junio de 2010

El rol de la política pública en la gestión de la innovación

“Toda organización tendrá que aprender a innovar, y la innovación puede organizarse como un proceso sistemático y debería organizarse como tal”. Peter Drucker

Ya no sólo las empresas, cada comunidad debe entender el futuro como un continuo de competencia-cooperación donde quien no adquiera un rol productivo en el proceso innovador va a quedar desfasado.

El Estado como operador no está en condiciones, por su naturaleza burocrática, en convertirse en un gestor de innovación. Eso debe dejarse al emprendedor, al individuo con el conocimiento, la motivación y la épica para explorar nuevos escenarios.

Finalmente, el juicio del éxito o el fracaso de una gestión de innovación, de un emprendimiento innovativo debe dejarse a la sociedad. Es el cliente quien dará su juicio sobre la utilidad de un nuevo proceso, producto o servicio. Ese tampoco debe ser un lugar para el Estado.

Pero el Estado tiene un rol fundamental en los procesos innovativos que construyen las nuevas sociedades. El Estado no desaparece en una sociedad dinámica que prueba y se equivoca, que premia el acierto y olvida tristemente el fracaso. El Estado tiene el lugar de la regulación, de la política pública.

Y la política pública son las reglas del juego y el dónde se vigila que las mismas se cumplan.
La responsabilidad y la rendición por lo actuado es tan vital para la innovación como el aporte de la creatividad y las ideas frescas: hacen que un juego se transforme en un deporte y que una tecnología prospere y beneficie a la humanidad.

En el mundo de la libertad creativa no hay ideas buenas o malas. En el mundo de la innovación todo se prueba y el cliente juzga. Pero el cliente es un juez cruel que castiga lo que no le satisface, desechándolo y condenándolo al olvido.

El castigo es terrible pero está relacionado con un premio muy dulce. Sólo basta ver la confianza y el reconocimiento que se lleva un Steve Jobs, un Warren Buffet o un Nicholas Negroponte para aceptar que vale la pena jugar el partido de las ideas puestas en acción.

Un juego tan cruento requiere de leyes claras, aceptadas y responsables. Requiere que se acepte que el fracaso no es malo y que el éxito está construido sobre muchos intentos fallidos.

He ahí donde la política pública tiene su rol. Defendiendo al mérito, estimulando al que empieza, registrando y promoviendo mejores prácticas, castigando a quien no asume el proceso con responsabilidad.

Como ejemplo quiero dar cuenta de una institución que tenía la Grecia Antigua -que a mí siempre me ha impresionado mucho-. Obviamente, Atenas fue el primer lugar donde el proceso de conocimiento fue claramente gestionado y donde pensar e innovar no fue una excepción sino una regla.

Como dice Nietzsche: El mundo tiene héroes, Grecia tuvo sabios.

En Grecia cuando alguien adquiría demasiado poder, en cualquier sentido, tanto que podía poner en riesgo el normal desenvolvimiento de la comunidad; el ágora, es decir, la democracia directa, podía expulsarlo durante 10 años, sin mediar más proceso que el deseo de los ciudadanos.

Esta práctica, llamada Ostracismo (de Ostracon, concha que es donde se ponía el nombre de la persona que se quería expulsar), no implicaba pérdida de derechos ni de dignidad. Simplemente era un resguardo de la ciudad frente a un ciudadano demasiado exitoso.

Grandes Griegos como Arístides el sabio o Protágoras el sofista sufrieron el ostrasismo. Riesgo presente en todo momento en su sociedad y que, sin embargo no evitó que se tratara de una de las sociedades donde la gestión del conocimiento se realizara de la mejor manera.

Obviamente, no pretendo que se imponga una ley tan dura para un innovador exitoso. Pero pone el acento en los problemas que se generan las sociedades donde el éxito impone un peligro para su evolución.

La política pública no debe ser ni la gestora de la innovación, ni la jueza del éxito de ésta. La política pública debe ser la guardiana de las buenas prácticas y la defensora de un comportamiento responsable.

El éxito trae poder y el poder trae abuso. El estímulo a la innovación debe permanecer pero no degenerar en que el innovador de ayer sea el retrogrado de hoy. Eso es gestión de innovación. John Dos Passos en su libro “El Gran Dinero” realiza una semblanza de la vida de Henry Ford. La termina de esta manera:

“Henry Ford en la vejez es un apasionado anticuario. Reconstruyó la granja de su padre así como él la recordaba de chico. Construyó un pueblo de museos de antiguos coches, trineos, viejos arados, turbinas y antiguos modelos de automóviles. Hurgó todo el país en busca de violinistas que supieran tocar cuadrillas bien pasadas de moda. Compró muchas tabernas viejas a las que restituyó su aspecto original, así como los primeros laboratorios que fueron de Edison. Al comprar la Wayside Inn cerca de Sudbury, Massachusetts, hizo que la carretera que pasaba frente a la puerta fuera desviada, a fin de que los nuevos modelos de los automóviles que rugían y silbaban (el nuevo ruido del automóvil) no le molestara y reconstruyó la antigua carretera llena de pozos para que todo estuviera como en los días del coche y el caballo.”

El rol de la política pública en la gestión de innovación es, fundamentalmente, proteger a las ideas nuevas, de la autoridad constituida y del saber institucionalizado de las ideas viejas.


domingo, 6 de junio de 2010

Teorías de valorización de activos


Uno de los libros que más me ha ayudado sobre las crisis financieras es el clásico de Burton Malkiel, "A random walk down wall street" (http://en.wikipedia.org/wiki/A_Random_Walk_Down_Wall_Street). En el mismo, el profesor de Princeston trata de describir tanto teórica como históricamente el devenir de las distintas burbujas financieras y crisis económicas a lo largo de la historia del capitalismo.
Las dos columnas fundamentales en la que asienta su descripción son las teorías del "valor intrínseco" y la teoría de los "castillos en el aire"; siendo la espada más representativa de la primera, Irving Fisher http://en.wikipedia.org/wiki/Irving_Fisher y de la segunda, Sir John Maynard Keynes http://en.wikipedia.org/wiki/John_Maynard_Keynes .

Ambas buscan dar respuesta a una pregunta fundamental en la teoría económica capitalista. Ésta es: por qué las cosas tienen valor y cómo determinar el mismo.

La teoría del valor intrinseco sostiene que los instrumentos financieros tienen un valor determinado en base a los fundamentos que subyasen en ese instrumento. En consecuencia, puede conocerse el valor de ellos, a través de un cuidadoso análisis de rentabilidad.

Esta teoría es sostenida en la actualidad por numerosos inversionistas siendo el más famoso Warren Buffet http://www.invertirenbolsa.info/libro_bolsa_the_warren_buffet_way_robert_g_hagstrom.htm .


Keynes sostenía, en cambio, que era de dudosa utilidad sumergirse en el estudio del valor de un producto financiero cuando su valor dependía tan dramáticamente de la opinión de los otros inversionistas.
En sus propias palabras, "no es razonable pagar 25 por una inversión en la que se considera que las perspectivas de rendimiento justifican un valor de 30, si a su vez considera que el mercado la valorará en 20 de aquí a tres meses".

Para Keynes, lo importante eran las expectativas de la gente y, aunque nunca formuló una teoría sobre como se formaban las mismas, abrió un campo para el estudio de la economía influenciada por ellas.

Es interesante hacer notar que, mientras la teoría del valor intrínseco no explica las burbujas, los pánicos y los cracs financieros sino que se centra en el largo plazo. Para La teoría de los castillos en el aire el valor es algo tan subjetivo que puede generar booms o pánicos en cualquier momento y casi sin motivo aparente. Basta que la gente crea que el activo va a seguir subiendo para que lo adquiera y esto provoque que su precio se convalide.

Oskar Morgentern http://homepage.newschool.edu/het/profiles/morgenst.htm defiende este punto de vista en su "Theory of games and economic behavior". En una economía de intercambio, el valor de cualquier activo depende de una transacción presente o en perspectiva. Morgentern consideraba que todo inversionista debería colocar sobre su escritoio la máxima en Latín:
"Res tantum valet quantum vendi potest"
"Las cosas valen tanto como lo que puedas obtener al venderla"

Y aquí, dos teorías: las cosas valen porque la gente cree que valen y las cosas valen porque la gente las necesita. Pero, ¿cómo establecer cuánto? Frederich Hayek http://mises.org/about/3234 en 1942 escribió un paper que sería fundamental para el desarrollo de la ciencia económica. En él explicaba al sistema de precios como un mecanismo de transmisión de información. En efecto, los precios revelan lo que la gente cree, lo que la gente necesita y lo que la gente siente.

Estas afirmaciones junto a los trabajos de Louis Bachelier http://es.wikipedia.org/wiki/Louis_Bachelier dieron origen a la teoría de los mercados eficientes. Esto no es, como piensan algunos, que los mercados nunca se equivocan. Lo que sostiene la teoría es que los mercados registran y recolectan toda la información disponible. Incluso las creencias falsas o los rumores. Información, opiniones y teorías; todo tiene su ponderación en el precio de un activo y, cuando una nueva noticia se conoce o se confirma, ésta pasa por el matiz de cada opinión en la forma de una compra o una venta y afecta el valor del activo.

Por eso, la forma de electrocardiograma que tienen los cotizaciones no son una señal de irracionalidad. Todo lo contrario, nada más racional que cambiar a medida que el mundo cambia y en su misma dirección.