Seguramente muchos de ustedes pensarán que estoy exagerando o tratando de alagarlos en excesos si es que llegara a afirmar como lo voy a hacer que el e-commerce significará una revolución mundial similar a lo que fue el descubrimiento de América.
Sé que algunos de ustedes estarán de acuerdo con esto, son los que se han internado en el comercio electrónico con la vocación de un adelantado, y, ya saben cómo el mismo está cambiando, no sólo al mundo que conocemos, sino también al que vamos a conocer.
En nuestra Ciudad contamos con muchos adelantados como ustedes, son los emprendedores porteños que cada día se empeñan por innovar, explorar nuevos caminos y extender nuevos mapas. Hablando de mapas, volvamos a América.
El descubrimiento de América significó muchas y muy distintas cosas; nuevas culturas, de productos y servicios desconocidos, la creación de empleos, el estimulo a la investigación y el desarrollo a partir de los retornos reales o imaginarios que prometía, etc. Pero por sobre todas las cosas que produjo o prometió producir: significó una prueba contundente de lo que puede hacer un hombre con una idea en un contexto estimulado.
El descubrimiento de América se originó en España, no en Italia, ni en Francia ni Alemania. Y se dio en España por Portugal. Más específicamente, por Enrique el navegante, quien fue uno de los primeros gobernantes de la Europa moderna en estimular los emprendimientos marítimos en busca de nuevos mercados.
España se sentía competidora de su vecino, en consecuencia, cuando un audaz navegante genovés les presentó un proyecto para equiparar su gloria, logró casi de forma inmediata, encontrar sus fondos ángeles..
Colón pudo haber fracasado, como tantos proyectos fracasan en la historia. Pero tuvo éxito. Y este éxito significó una inspiración religiosa para una miríada de aventureros y fue ese ejército de Drakes, Smiths, Cortes, Valdivias, Mendozas, etc, quienes cambiaron el mundo. Es decir, otros emprendedores que no quisieron perderse la oportunidad.
Internet fue un proyecto científico, pudo haber sido visto como una herramienta universitaria o de intercambio de investigación. Pero hubo un grupo de jóvenes que pensó que también podía ser un mecanismo de desintermediación, un canal comercial potentísimo que destruyera los costos de transacción. Hubo Aols, Ebays, Amazons convencidos que se podía crear riqueza con internet.. Y abrieron la puerta a un mundo que, como América nos está dando muchísimo, pero nos promete todavía muchísimo más.
No quiero profundizar sobre las características del comercio electrónico del cual saben más ustedes que yo, solo quiero hacer notar cómo cada descubrimiento fue abriendo nuevas cualidades del mismo y descubriendo un mundo que se va enriqueciendo a medida que avanza el tiempo.
Primero se lo vió como un fabuloso canal de distribución que, prácticamente pulverizaba los costos de producción y permitía un eficiente funcionamiento del mercado. Luego, se descubrió que está masividad permitía conocer opiniones que superaba lo muestral y que se conocían en tiempo real. Se empezó a construir información y luego a edificar una gran feria global con todo lo que tenían las ferias medievales. Lo interesante de estas nuevas ferias virtuales es la aglomeración de personas y las altas posibilidades de intercambio de contenidos, información, comercio, vida social, opinión y verificación.
Ya vendrán los políticos a querer armar políticas públicas sobre cómo debe hacerse el comercio electrónico. Pero ningún sello gubernamental podrá superar el espíritu y el optimismo de los pioneros del comercio electrónico quienes aún hoy pueden sostener que el mejor reconocimiento de sus logros está en la satisfacción de sus clientes.
Ellos han dado fuerza de realidad al capitalismo y sentido de aventura al espíritu emprendedor. Ellos y ustedes están cambiando el mundo.
sábado, 21 de noviembre de 2009
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