"No necesito hablar
ni mentir privilegios;
bien me conocen quienes
aquí me rodean,
bien saben mis congojas y mis flaquezas.
Eso es alcanzar
lo más alto,
lo que tal vez nos dará el cielo:
No admiraciones ni
victorias
sino sencillamente ser admitidos
como parte de una realidad
innegable,
como las piedras y los árboles.
(De "Llaneza", Jorge luis Borges)

sábado, 27 de marzo de 2010

Regresión Feliz

No me dueles, mujer, como no duele
la soledad que se nos hace eterna
y sin embargo pasa.

No me duele tu distancia o tu ternura
que te hace inalcanzable ante mis ojos.

No duele tu piedad.

Disfruto de esa vocación de niño
que te empeñas prolija en fabricarme,
gozo mis privilegios.

Por ejemplo: el derecho al no deseo
al merecido olvido de la carne
al week-end de la histeria.

Por ejemplo: la levedad del verso,
un hueco de vacío que se agranda
serruchándome el piso.

Verbigracia final: Dios no me afecta
he vuelto a ser una dulce mascota
que se llena la boca de caprichos
para dar a cambio una sonrisa
mezquina, calculada
y llena de inocencia.

viernes, 26 de marzo de 2010

La angustia del arquero frente al tiro penal

Cuanto más inteligentes; más compleja se presenta la vida y, al menos aparentemente, mayores probabilidades de tener éxito. ¿Es esto cierto?

Cuanta más información tengamos mejores decisiones vamos a tomar. ¿Es verdad?


Imaginemos el gerente de una compañía frente a una inversión multimillonaria, o un presidente que debe decidir si atacar o no a un país vecino o a un enamorado que deba elegir entre darle un beso a una chica o posponerlo. El aumento en la cantidad de información no siempre redundará en una mejor decisión. Puede incluso significarle una pérdida de tiempo precioso, un mensaje de irresolución o la imagen de ser un pacato.

El costo de la recolección de la información puede resultar muy superior a su beneficio.

En algunos casos, incluso más información puede inducir al error. Si el contrincante sabe de nuestro dilema puede filtrar algunos bits más de información falsa o falseada para inducirnos a error. Es un juego de poker.


El componente aleatorio es intrínseco a la existencia de un futuro a construir y da por tierra la hipótesis determinista del demiurgo laplaciano. Por más información que sumemos al modelo siempre habrá un infinito más por sumar. Es más, mucha de la data acumulada se habrá puesto vieja y no nos servirá.

Imaginemos la decisión de un arquero frente al tiro penal, no importa cuánta información recopile ni cuan sofisticado sea su modelo, la decisión final será izquierda o derecha. Y la estrategia más sofisticada no valdrá más que la simple estrategia de tirar una moneda.

Esto explica muchas veces por qué en los puestos de decisión se encuentran sujetos orientados a la acción sin mucha profundidad pero con una gran intuición.
Eso explica también por qué un buen deportista no requiere de un físico o de un matemático que le asesore.

Y, eso explica finalmente, porque los reflexivos y los tímidos no son los preferidos de las mujeres; a los gatos no le gustan los ratones prudentes.


Die Angst des Tormanns beim Elfmeter

domingo, 21 de marzo de 2010

Al Gusano

"El gusano es el único emperador de la dieta; nosotros cebamos a todos los demás animales para engordarnos, y nos engordamos a nosotros mismos para cebar a los gusanos. El rey gordo y el escuálido mendigo no son más que servicios distintos, dos platos, pero de una misma mesa; he aquí el fin de todo.-"
W. Shakespeare; Hamlet; Acto IV, Escena I

La muerte va forjando nuevas formas
Y el supremo arquitecto, don gusano,
le cambia la cara al deseo humano
con su vientre, dictando nuevas normas.

No existe un logaritmo ni una horma
donde calzar la fe de los hermanos,
no existe una cadena ni una mano
que enlace el devenir y le de forma.

El capricho es la ley que nos condena,
la esperanza, el castigo en esta vida
y la muerte es el fin de toda pena
la libertad creadora concedida.

Ella escribe las formas de la mano
del dux de la creación que es don gusano.-

sábado, 6 de marzo de 2010

Hacia la mitad de la vida


Nel mezzo del cammin di nostra vita
Mi ritrovai per una selva oscura,
Chè la diritta via era smarrita
Ahi quanto a dir qual era è cosa dura”
(“Hacia la mitad de la vida me perdí en una selva oscura
por haberme separado del camino recto:”)
Dante Alighieri. La Divina Comedia


La Divina Comedia es el poema que elevó al Dante a la categoría de emblema del idioma italiano. Es una descripción de su tiempo, un libelo político y un poema de amor; pero yo lo he leído en esta oportunidad, como una larga reflexión de una persona que ha llegado a la madurez y que luego de una juventud agitada e irreflexiva, dedica un poema a analizar las consecuencias de las acciones.

La juventud es la estación anterior a la adultez. Sus principales características son la abundancia de energía, un carácter en formación y la tendencia a andar en manada.

Durante la juventud estamos subiendo la montaña de la vida. Es una tarea ardua de formación de personalidad donde los otros tienen un rol muy importante en nosotros. Vivimos por comparación y necesitamos, dada esta geografía, el apoyo de nuestros cercanos.

En la tarea de escalar utilizamos ciertas herramientas y olvidamos otras. No somos muy reflexivos, nuestra tarea principal es incorporar prácticas y lealtades. Sufrimos las deserciones como traiciones. Sobrevaloramos la acción. Nos duele el fracaso.

Hacia la mitad de nuestra vida, de una manera o de otra empezamos a percibir nuestra altura. El camino se ameseta y el vértigo se diluye. La energía se orienta y las acciones que antes nos divertían, ahora se tornan repetitivas y triviales.

Tomamos conciencia de nuestra individualidad y empezamos a reflexionar sobre el camino que resta por recorrer. Y esa reflexión es muy parecida a la del Dante: Infierno, purgatorio, paraíso.

  • Sebastián se separó hace un mes y no es que no quisiera a Sara... el matrimonio y los hijos les habían secado la vida. El sueldo se iba en el colegio de los chicos y... los chicos. Ambos tenían que recuperar sus vidas.
  • Esteban quiere dejar de ser un adolecente. Con 40 años está cansado y se siente fuera de lugar. Quisiera tener mujer e hijos que le permitan recorrer el resto de su vida con más fluidez y contención.

  • Felipe no vuelve a casa hasta tarde. Le escapa al agobio familiar con una mezcla de after hour, trabajo y secretarias sedientas de privilegios. Le gustaría dar marcha atrás y empezar todo de nuevo.

  • Majo se encuentra repitiendo una y otra vez los viejos trucos para conseguir chico. Claro, con 35 años esos trucos aburren, tienen efecto en los que no le interesan y cada vez duran menos.
La madurez viene cuando el “modelo escalador” de la juventud empieza a chirriar porque la geografía ha cambiado. En ese momento empieza a hacerse imperiosa una herramienta que ha tenido poco uso; la reflexión.

Como el Dante, nos hallamos perdidos en un escenario desconocido, “en una selva oscura”. Y en ese momento lo más importante, es saber que engañarnos a nosotros mismos, es muy mal negocio.-