"No necesito hablar
ni mentir privilegios;
bien me conocen quienes
aquí me rodean,
bien saben mis congojas y mis flaquezas.
Eso es alcanzar
lo más alto,
lo que tal vez nos dará el cielo:
No admiraciones ni
victorias
sino sencillamente ser admitidos
como parte de una realidad
innegable,
como las piedras y los árboles.
(De "Llaneza", Jorge luis Borges)

sábado, 6 de marzo de 2010

Hacia la mitad de la vida


Nel mezzo del cammin di nostra vita
Mi ritrovai per una selva oscura,
Chè la diritta via era smarrita
Ahi quanto a dir qual era è cosa dura”
(“Hacia la mitad de la vida me perdí en una selva oscura
por haberme separado del camino recto:”)
Dante Alighieri. La Divina Comedia


La Divina Comedia es el poema que elevó al Dante a la categoría de emblema del idioma italiano. Es una descripción de su tiempo, un libelo político y un poema de amor; pero yo lo he leído en esta oportunidad, como una larga reflexión de una persona que ha llegado a la madurez y que luego de una juventud agitada e irreflexiva, dedica un poema a analizar las consecuencias de las acciones.

La juventud es la estación anterior a la adultez. Sus principales características son la abundancia de energía, un carácter en formación y la tendencia a andar en manada.

Durante la juventud estamos subiendo la montaña de la vida. Es una tarea ardua de formación de personalidad donde los otros tienen un rol muy importante en nosotros. Vivimos por comparación y necesitamos, dada esta geografía, el apoyo de nuestros cercanos.

En la tarea de escalar utilizamos ciertas herramientas y olvidamos otras. No somos muy reflexivos, nuestra tarea principal es incorporar prácticas y lealtades. Sufrimos las deserciones como traiciones. Sobrevaloramos la acción. Nos duele el fracaso.

Hacia la mitad de nuestra vida, de una manera o de otra empezamos a percibir nuestra altura. El camino se ameseta y el vértigo se diluye. La energía se orienta y las acciones que antes nos divertían, ahora se tornan repetitivas y triviales.

Tomamos conciencia de nuestra individualidad y empezamos a reflexionar sobre el camino que resta por recorrer. Y esa reflexión es muy parecida a la del Dante: Infierno, purgatorio, paraíso.

  • Sebastián se separó hace un mes y no es que no quisiera a Sara... el matrimonio y los hijos les habían secado la vida. El sueldo se iba en el colegio de los chicos y... los chicos. Ambos tenían que recuperar sus vidas.
  • Esteban quiere dejar de ser un adolecente. Con 40 años está cansado y se siente fuera de lugar. Quisiera tener mujer e hijos que le permitan recorrer el resto de su vida con más fluidez y contención.

  • Felipe no vuelve a casa hasta tarde. Le escapa al agobio familiar con una mezcla de after hour, trabajo y secretarias sedientas de privilegios. Le gustaría dar marcha atrás y empezar todo de nuevo.

  • Majo se encuentra repitiendo una y otra vez los viejos trucos para conseguir chico. Claro, con 35 años esos trucos aburren, tienen efecto en los que no le interesan y cada vez duran menos.
La madurez viene cuando el “modelo escalador” de la juventud empieza a chirriar porque la geografía ha cambiado. En ese momento empieza a hacerse imperiosa una herramienta que ha tenido poco uso; la reflexión.

Como el Dante, nos hallamos perdidos en un escenario desconocido, “en una selva oscura”. Y en ese momento lo más importante, es saber que engañarnos a nosotros mismos, es muy mal negocio.-

4 comentarios:

  1. Hay muchas cosas que concuerdo en este post pero muchas mas que no. En mi caso he sido siempre hiperreflexiva, un exceso de seriedad en años en los que tendria que haber sido mas alocada? no se. Selvas oscuras donde la geografia ha cambiado, ya he transitado. Pero lo que mas me llama la atencion es el uso de palabras como "contrato, negocio, acuerdo, balance" . Se que estoy leyendo el blog de un economista pero, no puedo dejar de decir como buena psicologa, que esas palabras son escudos que me caen como una plomada en el discurso =) Sobre todo viniendo de un alma que supuestamente, no cree en el "nosotros mismos", sino en el "siendo del ser", en constante cambio. Es una elección que no juzgo. Se la mia. Al menos por ahora, y no descarto transitar nuevamente por selvas oscuras. Sin esas selvas, QUE SERIA DE LA VIDA MAS QUE UNA RECETA? El exceso de la visión paradigmática de una mentira temporal (quien sabe mañana) ya sea esta mentira biologicista, evolutiva, darwiniana, lacaniana, es una manera de escaparle al caos de la vida. Porque ordena, y me incluyo, y nos da certezas.

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  2. Carlita, En la edad media había un genero literario que se aplicaba a los heroes cuando estos eran jovenes; se llamaba mocedades.
    Era algo así como la revista de Superman cuando vivía en Smallville. Este genero diferenciaba al personaje ya que al ser joven era más fogoso e irreflexivo, era joven.
    Hay gente que es reflexiva desde la cuna y la hay irreflexiva en la tumba, lo que quería destacar el post es la lógica de las herramientas utilizadas en cada edad.
    Es cierto que tiene ciertas simplificaciones pero no es una receta, es una invitación a vivir cada edad con las herramientas adecuadas. Herramientas con las que cada uno tiene la responsabilidad de construir su vida de la manera más libre y autentica que pueda. De ahí la recomendación final, todo es valido menos hacerse trampa a sí mismo.

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  3. Yo siempre fuí el quilombero. Ahora soy el experto.
    Estoy llegando al medio de mi vida y lo disfruto. Puedo ser loco, padre, experto, reflexivo y maduro. Lo único que extraño son a mis amigos con los que navego más en las mismas aguas.
    Estamos en distintos estados de la vida

    Gran post

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  4. Sin duda es una etapa que a nadie pasa desapercibida y es que tomamos conciencia de finitud: nuestra propia geografía sufre cambios que nos indica el punto de inflexión. Es el momento de preguntarnos cómo vivimos y elegir cómo queremos gastar la mitad de vida que nos queda.
    Nos tienta la búsqueda de poder: ganar más, poseer más, lograr más...
    Nos tienta liberarnos, como Sebastian o Felipe.
    Siento que el núcleo de la incomodidad en el cambio que experimentamos surge del "sentido", es una crisis de sentido de la propia vida, para qué de lo vivido y lo que sigue por vivir.
    Futbolísticamente propongo animarse a reflexionar en este entretiempo de la vida, sin nostalgia por el pasado ni ansiedad por el futuro, elegir así cómo jugar el segundo tiempo.

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