Me petrifican las palabras e inmoviliza el sin sentido
De este cifrar el universo a través de combinaciones.
Los artificios me liman casi tanto como el protocolo
Y el hecho de ser un animal social me va descuartizando.
Me estoy cansando de ser un hombre frente a la naturaleza.
Ella me va seduciendo con su elocuencia silenciosa
Con su fluída permanencia, con su indiferente triunfo
Ante nuestra triste vocación de establecer supremacías.
Me gustaría mudar de ánimo con las estaciones
o, cuando mi carácter no armonice, emigrar al norte.
Dialéctica de ser entero sin presión de interpretarlo.
Gracia cierta de vivir en Dios sin fisuras donde se calcen
Las inoportunas preguntas y las culpas desagradables.
El círculo de las cuestiones que nos aquejan a todos
Se reducen a este disimular nuestra vocación al humus
Que pese a todo, con paciencia, realiza su proselitismo
sábado, 19 de septiembre de 2009
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