Reconozco que tengo pocas esperanzas en que surja un astro económico que nos haga girar alrededor de él. En parte por la naturaleza epistemológica de la ciencia económica.
En efecto, la economía por su caracter social es propensa a los debates estériles y, por su naturaleza política, tiende a ser usada como argumento del poder. Se mueve entre lo más bizantino y lo más terrenal. Tiene una marcada propensión a caer en paradojas y, en el mejor de los casos, construye tautologías.
La "Teoría general" de Keynes que aspiraba a ser el marco de madurez de una ciencia nueva terminó siendo un caso particular y una farmacopea para una situación especial de sistema de precios rígidos a la baja (Sticky prices http://en.wikipedia.org/wiki/Sticky_(economics) ) explicada por sus discípulos más destacados.
De todas maneras siento que la ciencia económica ha avanzado mucho en estos últimos 40 años. Y la mejor demostración de ello ha sido la crisis financiera desatada a partir de las hipotecas sub prime. Yo se que muchos pensarán que un verdadero aprendizaje hubiera sido el que no hubiera ninguna crisis pero ¿Por qué le pedimos a la economía lo que no le pedimos a la medicina? Las crisis económicas forman parte de la vida del capitalismo, de hecho existe una "teoría de los ciclos económicos", que no está muy desarrollada por cierto.
Lo importante es que, después de experimentar una crisis financiera casi tan profunda como la que sumió al mundo en una profunda depresión en 1930, los economistas no discutieron como entonces entre a y z, sino que se concentraron en herramientas ya conocidas y minimizaron el daño.
Probablemente Bernanke no sea recordado como el Newton de la economía pero va a tener un muy relevante lugar como el hacedor de políticas económicas que evitó una depresión cuando todos pensaron que era inevitable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario